Yo mismo soy el tema de mi libro, afirmó Montaigne al publicar sus Ensayos, avisando al lector de que se hallaba ante una obra dedicada al uso de mis parientes y amigos para que, cuando me pierdan, puedan volver a hallar en él algunos rasgos de mi condición y humor. Pero esta divagación sobre su yo en toda su complejidad, mudable y polifacético, llevó a Montaigne a convertirse en el primer escritor contemporáneo, creador de una nueva forma de pensar y de un género literario a su medida, el ensayo.