A través de silencios y de un gran talento para la observación, el autor desnuda su intimidad y nos obsequia, con belleza y maestría, el retrato de un país y una época desde su propio universo familiar. Lo acompaña como confidente su vieja mascota, una perrita leal y encantadora.Descubrir por qué elegimos amar a quien no amamos exige una sinceridad implacable, y eso es lo que no falta en este hermoso relato de despedida.Adiós, pequeño es la reconstrucción emocionante de una infancia en la que todos, abuelos, padres e hijos, han callado demasiado.