Louise se enfrenta a la difícil decisión de regresar a su hogar en Charleston tras la muerte de sus padres. A pesar de no querer dejar a su hija con su ex y enfrentarse a los dolorosos recuerdos en la casa familiar, donde su madre coleccionaba muñecos y su padre acumulaba su vida académica, Louise se ve obligada a lidiar con su hermano Mark, quien nunca ha salido de Charleston y no lleva bien el éxito de ella. Aunque intentan vender la casa, parece que esta tiene sus propios planes para ellos, complicando aún más la situación.